Es lunes por la noche en el Club de los Corazones Solitarios, el pianista sin dedos ha tocado las primeras notas de la canción de reunirse. Se han acercado lentamente, con el corazón encadenado, arrastrando sus pasos a dos metros de sus cuerpos.
El presentador mudo ha anunciado que la actuación comenzará en breve. Hay una sola condición: que no mande el micrófono.
Se ha atrevido el primero, aunque cabizbajo. Dice alto: “Te mentí creyendo que el eco te devolvería la verdad”.
En seguida vienen las confesiones de los demás:
“ Ha crecido flor de árgoma en la parada del autobús que cogiste para irte. Tu recuerdo es un jardín descuidado."
“Un día dejaste de llamar y yo escucho tu voz cada vez que cojo el teléfono. No importa la edad de los días que hemos pasado sin vernos. Desde entonces estamos repitiendo lo que callamos, repitiendo lo que callamos”
A la luz del día han cerrado el Club de los Corazones Solitarios. Cada uno ha cogido su camino; no de ningún otro
Ez dezala mikrofonoak agindu,
No soy muy partidario de la música en los blogs (siempre me asusto porque no sé de dónde viene)
ResponderEliminarPero bueno, siempre que suene Russian Red, lo perdono!
Me encanta esta entrada, en serio!
ResponderEliminarPor cierto, he actualizado mi blog, por fin!! jaja Pasate si quieres! Un beso